Un equipo sin alma. Eso fue Atlanta, en la fría tarde de
sábado, en la cancha del Deportivo Español. Un equipo perdido, sin ideas, sin
entrega. Con más ganas de irse a sus casas, que de jugar el partido. El
resultado fue derrota 2 a 0, pero la vergüenza fue mucho mayor.
De movida, la tarde no arrancó de la mejor manera cuando
Emmanuel Francés bajó tontamente a Maximiliano Sosa dentro del área. El juez
López Aldazabal no dudó y cobró el penal, que abriría el marcador en favor del
conjunto local.
Y la jornada seguiría cruzada para Atlanta, cuando
Santillo tenía que salir lesionado del campo de juego, tras haber cortado una
jugada de peligro. En su lugar ingresaría el arquero suplente Ferreyra, que
tampoco iba a terminar el partido dentro del campo de juego.
El partido era de poco vuelo futbolístico. Ninguno de los
dos equipos tenía el predominio del encuentro, sin embargo el Gallego era un
poco más cuando atacaba por las puntas.
En esa primera mitad podemos rescatar un tiro de media
distancia de Palisi a las manos del arquero Hernández y una pobre definición de
Díaz Villán, que había quedado solo en el área chica luego de un centro por la
derecha. Mientras que los que debían generar juego en Atlanta se encontraban
perdidos, tanto Galeano como Rojas. Y por la misma razón no le llegaba la
pelota a los delanteros.
Para colmo de males, Cassano debía hacer la segunda
modificación antes de culminar los primeros cuarenta y cinco minutos, ya que
debió salir Cristian Peláez por problemas respiratorios.
Dos cambios, la lesión del arquero, el marcador abajo y
un equipo totalmente perdido en la cancha no presagiaban nada bueno para la
segunda etapa.
El ritmo del partido siguió siendo el mismo. Lento y
cansino. No había rebeldía alguna en los jugadores de Atlanta. Parecían
resignados. Era un equipo totalmente distinto al que se había visto la semana
pasada, cuando se había derrotado 4 a 1 al Villa Dálmine de Sergio Rondina.
Hubo alguna jugada aislada de Pedrozo, el intento
desesperado de Díaz Villán a jugar de 9 y el ingreso de Sciorilli para buscar
un poco más de fútbol que no se encontró nunca en el Bajo Flores.
Y para terminar lo que fue esta pesadilla debía salir
lesionado Ferreyra en su codo, tras haber salido mal en el centro que
culminaría con el segundo tanto de Deportivo Español. Atlanta terminaba con 10
y con Perujo en el arco.
Con poco el local se llevó los tres puntos y dejó, más
que nunca en evidencia, todos los problemas que tuvo Atlanta a lo largo del
torneo.
Pero lo de hoy, sin dudas, fue una vergüenza para la
institución. Se tocó fondo y se exigen cambios profundos. Este presente asusta
mucho mas que cualquier noche de brujas...