lunes, 3 de noviembre de 2014

Una de Haloween



Un equipo sin alma. Eso fue Atlanta, en la fría tarde de sábado, en la cancha del Deportivo Español. Un equipo perdido, sin ideas, sin entrega. Con más ganas de irse a sus casas, que de jugar el partido. El resultado fue derrota 2 a 0, pero la vergüenza fue mucho mayor.

De movida, la tarde no arrancó de la mejor manera cuando Emmanuel Francés bajó tontamente a Maximiliano Sosa dentro del área. El juez López Aldazabal no dudó y cobró el penal, que abriría el marcador en favor del conjunto local.

Y la jornada seguiría cruzada para Atlanta, cuando Santillo tenía que salir lesionado del campo de juego, tras haber cortado una jugada de peligro. En su lugar ingresaría el arquero suplente Ferreyra, que tampoco iba a terminar el partido dentro del campo de juego.

El partido era de poco vuelo futbolístico. Ninguno de los dos equipos tenía el predominio del encuentro, sin embargo el Gallego era un poco más cuando atacaba por las puntas.

En esa primera mitad podemos rescatar un tiro de media distancia de Palisi a las manos del arquero Hernández y una pobre definición de Díaz Villán, que había quedado solo en el área chica luego de un centro por la derecha. Mientras que los que debían generar juego en Atlanta se encontraban perdidos, tanto Galeano como Rojas. Y por la misma razón no le llegaba la pelota a los delanteros.

Para colmo de males, Cassano debía hacer la segunda modificación antes de culminar los primeros cuarenta y cinco minutos, ya que debió salir Cristian Peláez por problemas respiratorios.

Dos cambios, la lesión del arquero, el marcador abajo y un equipo totalmente perdido en la cancha no presagiaban nada bueno para la segunda etapa.
El ritmo del partido siguió siendo el mismo. Lento y cansino. No había rebeldía alguna en los jugadores de Atlanta. Parecían resignados. Era un equipo totalmente distinto al que se había visto la semana pasada, cuando se había derrotado 4 a 1 al Villa Dálmine de Sergio Rondina.

Hubo alguna jugada aislada de Pedrozo, el intento desesperado de Díaz Villán a jugar de 9 y el ingreso de Sciorilli para buscar un poco más de fútbol que no se encontró nunca en el Bajo Flores.
Y para terminar lo que fue esta pesadilla debía salir lesionado Ferreyra en su codo, tras haber salido mal en el centro que culminaría con el segundo tanto de Deportivo Español. Atlanta terminaba con 10 y con Perujo en el arco.
Con poco el local se llevó los tres puntos y dejó, más que nunca en evidencia, todos los problemas que tuvo Atlanta a lo largo del torneo.


Pero lo de hoy, sin dudas, fue una vergüenza para la institución. Se tocó fondo y se exigen cambios profundos. Este presente asusta mucho mas que cualquier noche de brujas...