Atlanta
perdió 3 a 0 frente a Villa San Carlos y pulverizó las ilusiones de poder
escalar posiciones, luego de los resultados que se habían suscitado durante la
tarde. Hubo bajos rendimientos en todas las líneas del equipo de Arnaldo Sialle,
que dieron fin a un invicto de 6 partidos como local.
En la previa
del encuentro ningún hincha de Atlanta se hubiera imaginado un final así, ante
la visita del equipo de Berisso que venía último y con tan solo 10 goles a
favor en todo el campeonato. Y además, el bohemio venía solido en condición de
local. Parecía un combo perfecto para esperar una cómoda victoria.
Pero cómodo
fue lo que nunca estuvo el equipo. Desde el primer minuto de juego el elenco
visitante incomodó al medio campo bohemio. No había una buena circulación del
balón de juego y se abusaba del pelotazo. Tanto Mancinelli como Maraschi por
las bandas no podían ganar en el uno contra uno. Y aunque San Carlos no atacaba
en profundidad, daba la sensación que la defensa no se sentía segura.
Sin embargo
y como lo suele hacer este equipo en condición de local, sale a imponer sus
condiciones desde el primer minuto de juego. Aunque en esta ocasión se encontró
con una buena muralla defensiva y nunca pudo encontrar la manera y los caminos
de sobrepasarla.
El equipo de
Ingrao daba la sensación de estar en mejores condiciones físicas y corrían
todas las pelotas como si fuera la última. Palisi se veía desbordado y perdía
muchas pelotas y Galeano no encontraba el balón para jugar. El partido era malo
y con pocas llegadas de ambos lados.
Nada había
de ese equipo que hace una semana había borrado de la cancha a Barracas Central
y lo había pasado por encima. Y para peor San Carlos se encontraría con la
ventaja promediando la primera mitad tras un pelotazo que caería a espaldas de Martínez
Montagnoli y encontraba la cabeza de Raverta y la floja oposición de Mauro
Dobler.
Si con el 0
a 0 el visitante hacía tiempo, con la ventaja a su favor esto se acentuó y
llenó de nervios al equipo de Sialle.
Y para peor
cuando recién comenzaba la segunda etapa una vez más aparecía la pesadilla de
la pelota parada en contra. Una vez más el rival se volvía a encontrar con un
gol de cabeza y una vez más se sumaba una desatención fatal que ponía el 2 a 0
para la villa.
Todo era
cuesta arriba y a esa altura del partido nada parecía poder revertir el
resultado en contra. Sialle intentó con el ingreso de Serrano y Guzmán,-en la
primera mitad había ingresado Cortizo por Talamonti lesionado, pero nada
cambió.
Hubo algún
tiro de media distancia del recién ingresado Serrano que pasó cerca pero no
mucho más.
Y todavía
había tiempo para la estocada final. La que terminaba de redondear una goleada
humillante. El 3 a 0 llegaba por medio de un fulminante derechazo de Barbosa
que nada podía hacer Dobler.
Una derrota
que caería hondo en el equipo. Porque si había una pata que estaba derecha era
la localia. Era el bastión principal de Sialle, el que le servía para
justificar la poca audacia que proponía de visitante.
Claro que
ahora ante una derrota de local deberá imperiosamente, y más que nunca, ir a
buscar los tres puntos en condición de visitante si quiere aspirar a algo más
que deambular en la mitad de la tabla.