domingo, 24 de mayo de 2015

Revolución Bohemia




Seguramente este 23 de mayo de 2015 será especialmente recordado por nosotros. Porque en la semana que los argentinos conmemoramos la Revolución de 1810, Sialle y sus dirigidos crearon una nueva fecha en la historia bohemia. Atlanta llegaba al Estadio Ciudad de Vicente López con la espada de nunca haber ganado en dicho sitio.

 Los jugadores repetían hasta el cansancio en cada declaración, la dificultad y la falta de resultados positivos en Platense. Pero las estadísticas están para romperlas, porque los números no juegan y cada partido es distinto. La visita a Platense no era la visita a Defensores. En Belgrano el rival era el puntero y especulaba con lo que podía llegar a hacer Atlanta. En cambio, Platense, necesitado igual que nosotros de resultados urgentes, buscaba una victoria que le de oxígeno a su entrenador y esperanza a sus hinchas. Atlanta y Platense, dos gotas de agua. Y fue Sialle quien puso el inodoro en el baño, y la heladera en la cocina. Con la baja de Maraschi por lesión, ubicó como número 11 a Matías Quiroga, uno de los pocos o el único jugador habituado a jugar por la banda izquierda. El cambio de arquero no cambia. Barucco o Dobler, Dobler o Barucco son los que deben ganarse el puesto en cada entrenamiento. Y arriba, la fija de Pedrozo, uno de los jugadores con mas minutos en el plantel, pero con la novedad de que a su lado no estaría Diego Martínez, nuevamente en el banco de suplentes, sino Emiliano Bonfigli. 4-4-2 con equilibrio, orden y bastante solidaridad entre los 11.

El arranque del partido, por las condiciones del campo de juego, notaban que podía haber un espectáculo interesante. Cancha rápida, en buen estado, y fue Atlanta quien intentó abrir la cancha con Mancinelli por derecha y Quiroga por izquierda, mas los dos delanteros movedizos y peleadores que puso en cancha. Galeano jugando del medio hacia adelante, sin tener la necesidad de ir para las bandas, intentando armar y distribuir el juego desde su sector, el centro de la cancha. Y lo mas importante, la posición donde se paró Atlanta para jugar el partido. Presionando arriba, intentando no meterse tan atrás, siendo protagonista del partido. Porque a diferencia de otros encuentros, donde se abusaba del toque intrascendente, esta vez, con los extremos abiertos, siempre hubo salidas dispuestas para avanzar y meter al rival en su campo. Silva y Torres también ayudaron en ofensiva para que esto se pueda lograr. Atlanta fue sólido en todas las líneas, así fue que consiguió un resultado que hasta pudo haber sido mayor, ya que sobre el final Platense se regaló en el fondo y pudo haber llegado otro gol.

Atlanta venció a Platense por 4 a 1. Con un hat trick de Emiliano Bonfigli (el primero que convierte en Argentina, ya lo había echo en Estados Unidos) y el restante de Matías Quiroga. Le ganó a un rival al que siempre le costó vencer y logró su segunda victoria de visitante en el torneo. Promediando casi la mitad del torneo, todavía se está lejos de los primeros puestos, pero lo fundamental, y lo que el equipo debe conseguir, es regularidad. Se sabe que no todos los partidos va a golear como este. Pero si todos los partidos debe mostrar una imagen parecida a la de hoy. Atlanta no es menos que nadie, eso no esta en discusión, lo que los jugadores y cuerpo técnico deben conseguir, es ser mas que el resto. Porque hay presupuesto para serlo, porque los refuerzos que llegaron vinieron con esa expectativa y el objetivo es uno solo, el ascenso. Ahora recibiremos a Tristán Suárez (¿sábado a las 18 horas?) con la obligación de ser el Atlanta que recibió a Riestra, Almirante y Barracas. Luego visitará al Deportivo Morón, intentando no volver a ser el equipo apático que jugó todos los partidos en esa condición, intentado imitar la actuación de hoy. Hoy era una de las últimas chances de no dejar escapar el tren del ascenso al Nacional B, por suerte, o mejor dicho por mérito de los jugadores y el cuerpo técnico, nos pudimos subir.