Gran trabajo anoche del equipo de Arnaldo Sialle frente a Tristán Suarez, en Villa Crespo. Lo derrotó por 2 a 0 y lo superó de principio a fin jugando, por momentos, un futbol de alto vuelo en varios pasajes del partido. Muchos puntos altos para lograr un triunfo que lo pone en el lote de los que pelean el campeonato en la cuarta ubicación con 27 puntos.
Fue un
partido de esos que el equipo debió salir a ganar en todos los terrenos de la
cancha, a presionar y no dejar jugar al rival. Había que ganar el medio campo y
hacerse dueño de la pelota. Si bien en el comienzo eso se logró, después se
emparejó el partido y se hizo un encuentro feo, deslucido. Aunque siempre con
Atlanta intentando llegar con claridad al arco del equipo rival.
Como suele
suceder y ya es una de las características principales de este equipo, los
ataques casi siempre arrancaban por la derecha. El triángulo
Silva-Galeano-Mancinelli anduvo muy bien y fue una las cartas más importantes
para ganar el encuentro. Pero anoche también, y aunque no hicieron goles, fue
muy buena la actuación de los dos delanteros. Tanto Bonfigli y sobre todo
Pedroso corrían y presionaban bien arriba, lo que provocaba que Tristán Suarez
pierda la pelota muy rápido y Atlanta pueda atacar bien adelantado.
Sin embargo
y pese a buscarlo por todos los medios, el primer gol llegó después de que el
rival se quedara con diez por la expulsión de su número tres, Senegalles tras
doble amonestación. El equipo visitante sintió el golpe y cinco minutos después,
a los 38 de esa primera mitad, llegaría la primera alegría de la noche. Fue un
tanto fortuita ya que le quedó la pelota a Quiroga, tras un rebote en un
jugador del equipo rival. Lo único que le quedó por hacer al mediocampista de
Atlanta fue definir de zurda al palo izquierdo defendido por Lugo.
Atlanta se
iba al descanso con la tranquilidad de estar arriba en el marcador y con un
hombre más en el campo de juego. Además, había sido totalmente superior a su
rival y había generado mínimo cinco situaciones de gol para ampliar el
resultado.
Y ahí estuvo
el problema que creó nerviosismo en todos los hinchas de Atlanta. El partido no
se definía y la ventaja de un solo gol no alcanzaba. Era exiguo y el empate
podía llegar ante cualquier error que cometiera la defensa en el fondo.
Igualmente
el equipo de Sialle hacía lo que tenía que hacer. Mover la pelota de un lado a
otro, abrir la cancha y que el rival tenga que salir a presionar más arriba.
Sobre todo cuando se quedó con nueve cuando Dovalo expulso a otro jugador
rival. El partido se desvirtuaba al estar 11 contra 9 y era todo de Atlanta.
Galeano
intentaba hacerse eje del equipo con ubicuidad y buen panorama. El equipo
generaba una y otra vez situaciones de gol, pero el marcador no podía ampliarse.
Y quien sino, quien iba a llegar a definir el encuentro. El emblema de este
equipo, el que pone el corazón y el alma. El que las corre todas. Sí, Lucas
Mancinelli. Gran derechazo desde el borde del área grande, junto al palo
derecho que hizo imposible la estirada de Lugo. Un gol merecido para el equipo,
merecido para él y que aliviaba todas
las almas allí presentes.
De esta
manera Atlanta conseguía hilvanar dos triunfos de manera consecutiva, algo que
no lograba desde las primeras dos fechas del campeonato cuando había derrotado
a Deportivo Español y Comunicaciones.
El marcador
podría haber sido más amplio aun. El 2 a 0 quedo un tanto exiguo, ya que se
crearon infinidad de situaciones de gol. Se sufrió un poco más de lo imaginado
pero fue, sin dudas, una buena demostración de futbol ante un equipo que se
encontraba por encima de Atlanta en la tabla de posiciones. Ahora habrá que ir
a Morón en busca de algo que todavía no se logró en el torneo: tres triunfos
consecutivos. Si se trabaja en equipo todo es posible.
Foto: Prensa Oficial.
Foto: Prensa Oficial.