Atlanta cayó
en el clásico por 2 a 1 frente a Chacarita, acumulando así su segunda derrota
consecutiva. El equipo dirigido por Rubén Capria mostró una mejoría con
respecto a su presentación frente a Fénix, pero no tuvo la claridad suficiente
para transformar la posesión de pelota en situaciones claras.
Al conjunto
visitante le alcanzó con muy poco; un gol de penal y uno de media distancia
fueron suficientes para llevarse los tres puntos y lo más importante: el
triunfo en el clásico.
El partido
arrancó con el dominio de Atlanta, que salió al campo de juego con un esquema
3-4-1-2 (anteriormente lo había practicado con Carlos Mayor), sin embargo, una
jugada por derecha de Chacarita produjó un error insólito de Cristian Pelaez,
quien derribó al jugador rival cuando parecía estar cerrado contra la línea de
fondo. Penal que Morales canjea por gol y 1-0 el Funebrero.
Con Rojas
como doble cinco adelantado y Maraschi por todo el frente de ataque, Atlanta
fue con todo a buscar el empate. Manejó la pelota, trianguló en el medio campo y
se acercó al arco defendido por Rossi.
Y de tanto
ir el pájaro a la fuente encontró su premio. Buena jugada por derecha que
culmina con el centro de Maraschi y gol de Torres entrando por izquierda. Fue
el mejor momento de Atlanta, lo mejor que ha mostrado hasta acá en el
campeonato. Y lo pudo haber dado vuelta si Bonfigli concretaba ese cabezazo
desde el centro del área que desvió increíblemente. Para el marcador
simplemente no fue gol, para la cabeza de los jugadores de Atlanta fue como un
penal errado. Lo peor llego a los 37, cuando nadie lo esperaba, una corajeada
de Paredes desde su campo, llegaba hasta el borde del área y clavaba la pelota
sobre el palo derecho que defendía Santillo. Chacarita se ponía arriba inmerecidamente,
pero como dice el refrán los goles que no haces en un arco los sufrís en el
otro. Y así fue.
Ya en la
segunda etapa Atlanta bajó el ritmo. Fue de mayor a menor y no estuvo tan claro
a la hora de generar jugadas de peligro. Capria intentó con los ingresos de
Ledesma, Guzmán y Acuña pero nada pudo cambiar el destino del partido.
Sobre el
final, Santillo se metió en el área rival para ir a buscar de cabeza haciendo
que todos se ilusionen con el recuerdo de un tarde rosarina de una década
atrás. Incluso fue el arquero el que trabó dos veces para que la pelota salga
rebotada al segundo palo donde Maraschi recibió y definió al cuerpo de Rossi,
el arquero funebrero. El rebote cayo en los pies de Mariano Puch sobre la
derecha, el ex Fenix la volvió a poner al área y el propio Maraschi de volea la
envió por encima del travesaño desperdiciando la última chance que tuvo el
Bohemio para empatar el partido.
Fue final y
derrota frente a Chacarita. El equipo mejoró, aunque con muchos problemas
defensivos. Tanto Peláez y Díaz Villán como el capitán Frances, en menor
medida, tuvieron desacoples muy importantes. En el medio nadie se termina de
adueñar del equipo y arriba no aparece la cuota de sorpresa para generar una
ventaja.
Fue un
primer tiempo con buenos momentos y un segundo con pocas ideas claras. El
equipo fue de mayor a menor y hasta ahora no encontró el rumbo.